12 de septiembre de 2012

Pura casualidad

La vida está llena de casualidades. Un momento, y ya ha ocurrido algo que no esperabas pero que marcará todo lo que harás a continuación. Es difícil darse cuenta de ello en el momento en el que ocurre, pero mucho tiempo después, sabes que si no hubieras cogido esa dirección aquel día o si hubieses tarareado otra canción de 'The Smiths', no hubieras acabado donde estás ahora.

Cada día es una nueva aventura. Una persona, una canción o una calle pueden estar esperándote, o no. Porque, en realidad, todo ocurre por casualidad.



8 de septiembre de 2012

Querida Olivia:


Olivia, Victoria o Amelia son nombres que me fascinan. Llevan entre sus letras toda la esencia del pasado, del presente y del futuro. No puedo pronunciar una sola vez estos nombres y no pensar en un baile de los ochenta, en una fotografía en blanco y negro o en una calle de París. Sí, quizás hoy haya visto demasiadas veces la misma película de Woody Allen, pero me siento filósofa.  

Olivia del latín oliva significa ‘aceituna’ y se aplica en alusión al huerto de los olivos de la Pasión.

Victoria del latín victor  significa ‘vencedor’, por ello es uno de los nombres más apreciados en todos los tiempos y lugares, pues lleva inscrito en él el don de la victoria. En la Edad Media se asoció a la vitoria de Jesucristo sobre el pecado. Sin embargo, pagano o cristiano, ser un vencedor sigue siendo el ideal del presente, y es muy popular por su significado y su sonoridad. Adquirió gran fama debido a Victoria I, reina de Inglaterra.

Amelia tiene un origen incierto. Puede derivar de la voz germánica Amal, ‘trabajo’ y berg que significa ‘protección’. También de la raíz germánica win, ’amistad’, o quizás del nombre griego amále, ‘melosa, dulce, delicada, sensible’.

No sé si ‘aceituna’, ‘vencedor’ o ‘amistad’ tendrán algo que ver con esa película de Woody Allen. Quizás el significado no sea lo que más me ha hecho admirar estos nombres, quizás ni siquiera signifiquen nada. Igual que la joven Kirsten Dunst creía en una película llamada ‘Elizabethtown’ que cada nombre significaba una cosa, y que eso definía su primera impresión sobre esa persona. Puede que si mañana me encuentre con una Olivia me acuerde de ese baile de los ochenta de ‘Grease’, o quizás si me topo con una Victoria vea que mi suerte ha cambiado. De lo que estoy segura es de que si encuentro a una Amelia voy a recordar a una chica parisiense y soñadora; y no podré evitarlo, soy así.
 
Miss Golightly.