24 de agosto de 2014

Sundays, bitch


¿Por qué me dejáis sola los domingos?

Es una sensación extraña, los domingos. Me río de mí misma, me deprimo, miro por la ventana con nostalgia, repaso las fotos que tengo en el móvil, bebo café con leche, veo comedias para no pensar en nada, y acabo odiando el humor absurdo. Pienso demasiado en la vida, en mi vida, en el pasado, destruyo cada recuerdo y lo reconstruyo en un afán desesperado por mejorarlo, me doy cuenta de mi soledad, de lo vacía que es en realidad mi vida, de lo mucho que odio el olor del rape, o el sonido del taladro del vecino, me desquicio y grito en silencio para no alarmar a la familia, después me doy cuenta de lo gilipollas que soy y escribo chorradas en twitter para llenar un poco mi vacío existencial. Y acabo por coger un papel lleno de planes sobre mi futuro y un boli sin estrenar, y sigo escribiendo mierdas sobre mi vida y esas cosas.
Qué putos son los domingos. Y qué reputos son sin compañía.




20 de agosto de 2014

Nosotros, vosotros y ellos

Y esa facilidad que tenéis para pedir un sorbete de limón, escuchar vuestra ópera favorita mientras arrasáis con una bolsa de patatas fritas, doblar la esquina de esa novela a modo de marcapáginas, caminar por la calle dando saltitos al ritmo de una canción del verano, comer melocotón mientras habláis del tiempo, sonreír falsa pero amablemente ante vuestra profesora de primaria, llorar delante de una pantalla de cine y escupir palomitas mal horneadas, colocaros el pelo detrás de la oreja despreocupadamente, desayunar cereales de marca blanca, salir con los amigos de diez a dos, ajustaros el tirante del sujetador o la goma del slip con pudor, saludar a desconocidos creyendo reconocer a vuestro primo segundo, tomar una copa de más mirando el reloj, girar el pomo de la puerta despacito al entrar en casa, ir de puntillas mientras os arrepentís de haber comprado unos zapatos tan baratos, resbalar en un escalón y levantaros riendo, contar chistes con poca gracia y poneros colorados, girar la vista para no tener que saludar, mirar el móvil mientras esperáis a que llegue un amigo, tocar las palmas a ritmo de cinco por ocho o desafinar una guitarra afinada, silbar para disimular que estáis borrachos, sonreír para no quedar mal ante el novio de la amiga de vuestra prima, leer las instrucciones de un juego de mesa para después inventaros las vuestras propias, rallar vuestro disco favorito y buscarlo rápidamente en spotify, mirar por la ventana para evitar hacer el trabajo de la facultad, sonreír horrorizados ante el corte de pelo de vuestro mejor amigo, llevar el pie al ritmo de esa canción de los ochenta, estornudar por el polvo que levantáis al sacar de la estantería vuestros cuadernos del colegio, agobiaros ante una semana con más exámenes que días, bailar en las bodas con un familiar que acabáis de descubrir que existe, golpear el mando de la televisión para que vuelva a funcionar, gritar desde la otra punta de la barra que si los demás quieren vaso para la cerveza, sentiros Dios al cruzar un semáforo en rojo en una calle desierta, grabar vuestras mejores carcajadas en un bar del centro, poner vuestra propia letra a una canción para describir vuestro aspecto a las seis de la mañana, fotografiar el aspecto del sol al anochecer en un ataque de inspiración tras ir al baño, ajustaros la correa del reloj un poco más fuerte cada día, acariciar una mejilla para demostrar que alguien os importa, meteros el pelo en los ojos durante un beso, sentir que hace frío y buscar la chaqueta más a mano, susurrar tonterías al oído para deshaceros de ese pesado, comer hamburguesas para dar por culo a la dieta, pensar que el exterior no lo es todo pero ayuda, imaginar que o acabaréis locos, o bohemios, o enamorados, o trabajando en el Carrefour, predicar con el ejemplo a vuestros hermanos pequeños acabando las frases con un ´joder´, agitar los brazos cuando veis que se van a cargar al protagonista de la película, mirar a los ojos en señal de atención o insatisfacción sexual, pegar un portazo e iros a tirar la basura, saber que a pesar de todo, sois, somos humanos.