1 de junio de 2013

Románticos encubiertos

Aún recuerdo una de esas clases que dieron un vuelco a mi vida. Al igual que el protagonista de una película recuerda cómo un profesor de la Universidad dijo algo que marcó para siempre su vida. Así, sin saberlo, un día cualquiera, no sé a qué hora ni en qué momento del año, en una clase de 50 escasos minutos, algo me hizo cambiar para siempre.
Era un día de esos en los que nadie de la clase quiere participar, ni siquiera teníamos ganas de hablar o interrumpir, solamente de que se acabara el día. Pero las clases de lengua eran de lo mejor del día. Si se trataba de Literatura, claro. 
Tocaba empezar tema nuevo. Nuestra profesora, con su habitual aire de superioridad y falsa ingenuidad (los que la conocéis ya sabéis a lo que me refiero) se disponía a hablarnos de una corriente literaria, de algo de lo que habíamos oído hablar pero de lo que en realidad apenas sabíamos una mierda. Creedme.
Pero no empezó a hablar haciendo ninguna afirmación rotunda, ni soltando una retahíla de características formales o una lista de autores. Solamente nos dijo, con una voz clara, casi imperceptible pero penetrante:
"¿Quién de vosotros se considera un romántico?"
Solo un idiota creería que alguien iba a levantar la mano. Era 4º de la ESO, amigos.
Una, dos personas, no recuerdo bien, levantaron la mano. El resto, entre los que vergonzosamente me encontraba yo, intercambiando miradas cómplices y risas nerviosas, no contestamos. Silencio.
"¿Sólo dos personas?"
Sí, dos personas de treinta. 
Y entonces la pregunta definitiva:
"¿Pero qué entendéis por 'romántico'?"
La verdad es que estaba claro lo que entendíamos por 'romántico'. Algo ridículo, cursi, anticuado, alejado de nuestra mente pragmática.
Nuestra profesora ya se esperaba esa respuesta. Claro que se la esperaba. Tenía preparada toda una gama de argumentos para hacernos abrir los ojos. A algunos.
"Un romántico no es eso que entendemos en la sociedad actual. Que también; pero el Romanticismo es algo esencial en la literatura. Algo que nos ha dado los más bellos poemas. Es una corriente literaria, un estilo en la manera de escribir, la moda de una época. Y no es solo algo cursi o empalagoso, es un sentimiento de ansias de libertad, amistad, inocencia perdida, amor no correspondido, pesimismo, descubrimiento, sentimiento de pertenencia a un lugar y al mismo tiempo de evasión de la realidad. Algo que todos sentimos."
Y a todo esto, siguió toda una serie de divagaciones sobre la literatura romántica, Espronceda, Bécquer y Rosalía de Castro. Pero en esos momentos la bala ya había sido disparada. Mi mente daba mil vueltas. Ya no me importaban las características del Romanticismo. Solo me preguntaba cómo no había sabido hasta ese puto momento lo que era el Romanticismo. Cómo no lo sabía nadie. Cómo.

Pues eso, la muy asquerosa tardó solo media hora en hacer que mi mundo se tambaleara. Y sí, si me preguntan ahora mismo, de repente, sin previa advertencia, si me considero una romántica, les diré:
"¿Y quién no?"