24 de agosto de 2014

Sundays, bitch


¿Por qué me dejáis sola los domingos?

Es una sensación extraña, los domingos. Me río de mí misma, me deprimo, miro por la ventana con nostalgia, repaso las fotos que tengo en el móvil, bebo café con leche, veo comedias para no pensar en nada, y acabo odiando el humor absurdo. Pienso demasiado en la vida, en mi vida, en el pasado, destruyo cada recuerdo y lo reconstruyo en un afán desesperado por mejorarlo, me doy cuenta de mi soledad, de lo vacía que es en realidad mi vida, de lo mucho que odio el olor del rape, o el sonido del taladro del vecino, me desquicio y grito en silencio para no alarmar a la familia, después me doy cuenta de lo gilipollas que soy y escribo chorradas en twitter para llenar un poco mi vacío existencial. Y acabo por coger un papel lleno de planes sobre mi futuro y un boli sin estrenar, y sigo escribiendo mierdas sobre mi vida y esas cosas.
Qué putos son los domingos. Y qué reputos son sin compañía.




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